Vista desde lo más alto. Cerro de San Juan del Viso |
Caminando hacia el retamar. |
San Fernando, Barajas y la Sierra del Ocejón al fondo |
Vicálvaro mira al oeste, y desconoce la riqueza que atesora dentro de sus límites.
El término municipal de Madrid al este, en el distrito de Vicálvaro, traza una línea paralela a la carretera que une las localidades de San Fernando de Henares y Mejorada del Campo, discurriendo en dirección norte - sur, formando una cuña que se introduce entre Coslada y San Fernando. Se trata de un espacio que dista, en línea recta, unos 7 kilómetros, que es frecuentado por vecinos de estos dos municipios aledaños pero totalmente ignoto para los vicalvareños.
Mojón límite del término municipal |
Se conoce popularmente como "los cerros", pues su relieve es una suave sucesión de elevaciones que se levantan hacia el oeste; se corresponden con el límite de las terrazas del rio Jarama, que ha ido moldeando estos terrenos compuestos básicamente por margas y yesos, encontrándose en los niveles superiores sílex (conocido como pedernal, compuesto por minerales silíceos y arcillas) en gran cantidad.
Se trata de un espacio accidentado, con cuestas de más de 90 metros de desnivel , que unen el terreno más o menos llano que desde Vicálvaro se extiende hacia el Este y Sureste de un modo abrupto con el Valle del Jarama. Realmente las terrazas de este río, que recorre la Comunidad de Madrid en sentido Norte - Sur desde su nacimiento en la Sierra de Somosierra hasta su confluencia con el Tajo en Aranjuez, en su tramo medio y en su orilla derecha, tras atravesar la Nacional II por el Puente de San Fernando empiezan a elevarse: el denominado "Cerrillo del Tesoro", junto al que se ubica el Hospital del Henares, es la primera cota destacable.
A partir de ese punto, la suave pendiente que hasta el momento enlazaba la planicie madrileña con el río, va tornando primero en cuestas culminadas en cerros (área conocida como Cerro de la Herradura, por el más llamativo de todos, pero que está conformada por varios), y luego en increíbles cantiles yesíferos, a lo largo del municipio de Rivas Vaciamadrid,
Jarillas junto a ejemplares de sílex
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Una división artificial, generada por la construcción de infraestructuras en los últimos años, permite diferenciar dos zonas: al norte, el Cerro de la Herradura y el Cerrillo del Tesoro: algo más de 100 hectáreas (una superficie algo inferior al Parque del Retiro), que queda separado del ámbito de "Los Cerros", al sur, por la M-45. Ambos espacios, que suman unas 500 hectáreas, componen el remate oriental al término municipal de Madrid, estando contemplado su desarrollo urbanístico en el Plan General de Ordenación Urbana vigente, aunque parte de su superficie queda protegido al estar calificado como suelo no urbanizable de protección ecológica.
En cualquier caso, dado que los desarrollos urbanísticos del Este van con retraso, es de esperar que tengan que pasar varios años para que veamos las primeras grúas en la zona; hasta entonces podremos disfrutar de las particularidades de este rincón olvidado. La situación actual en concreto de lo que aquí denominamos "Cerro de la Herradura" se corresponde con un Plan Parcial, a redactar por iniciativa pública o privada, a ejecutar por el sistema de compensación, y será urbanizado en una sola unidad de ejecución. Además, completará el crecimiento de los municipios de Coslada y San Fernando de Henares hasta la M-45, podrán construirse cerca de 3.700 viviendas y habrá 150.000 m2 de edificabilidad para actividades económicas.
El Cañaveral y la M-45 |
Al fondo, Vicálvaro |
Acceso
Hospital del Henares |
El modo más sencillo de conocerlo es a partir del aparcamiento ubicado frente al Hospital del Henares, - a donde también se puede llegar en transporte público, estación "Hospital del Henares" de la línea 7, y autobús 280 (Loeches - Coslada). A partir de allí podremos conocerlo mediante la profusa red de caminos que surcan la zona. Otra opción de acceder a la zona es desde la M-45, aunque no está indicada como tal. Se trata de una entrada no pavimentada a la que se puede llegar desde la salida 27 de la autovía. Realmente no es muy recomendable para quien no conozca el lugar.
Un espectacular mirador
¿Y qué hace interesante este paraje? Son varios los motivos para conocer "El Cerro de la Herradura"; en primer lugar, toda la zona es una atalaya, un mirador excepcional al norte y al este de la ciudad (las cuatro torres, el estadio Metropolitano, Hortaleza, Barajas...) y sobre todo a los valles del Jarama y Henares; en días claros el horizonte se cierra con los perfiles de las sierras de Guadarrama, Somosierra y Ayllón, ya en Guadalajara; el Cerro del Viso, junto a Alcalá de Henares, los sotos de los ríos Jarama y Henares y su Junta, junto a Mejorada del Campo; en primer plano, los desarrollos urbanísticos de Coslada, San Fernando de Henares, Mejorada del Campo e incluso Rivas, así como las infraestructuras construidas en los últimos años (AVE a Barcelona, M-50 y M-45). En el ámbito del Cerro de la Herradura el tránsito hacia la vega es suave y la multitud de caminos permite obtener variadas e interesantes perspectivas desde distintos ángulos.
Flora
Pero no sólo es un otero, también estamos ante un espacio que alberga botánicamente elementos muy interesantes. La primavera es el momento idóneo para conocer la zona por este motivo. Nota: Hemos empleado básicamente para la descripción de las especies la información contenida en el herbario de la página web de la Asociación arba bajo Jarama.
El arbusto más abundante es la retama, pues constituye un retamar bastante bien conservado. La retama (retama sphaerocarpa), de la que podemos encontrar ejemplares en esta zona de hasta 3 metros de altura, pertenece a la familia de las leguminosas; se ramifica desde la base, con hojas apenas perceptibles.
En estos momentos se está iniciando la floración, que presenta unas pequeñas flores amarillas agrupadas en racimos densos; el fruto es pequeño, en cápsulas que contienen una o dos semillas. Crece en cualquier tipo de suelo, en lugares secos y soleados. Es una especie adecuada para la restauración de suelos muy alterados, aunque aquí se trata más bien de una especie de sustitución del encinar, del que quedan escasos ejemplares (abundan algo más en el entorno de Los Cerros, más al sur).
Detalle de retama en flor |
En estos momentos se está iniciando la floración, que presenta unas pequeñas flores amarillas agrupadas en racimos densos; el fruto es pequeño, en cápsulas que contienen una o dos semillas. Crece en cualquier tipo de suelo, en lugares secos y soleados. Es una especie adecuada para la restauración de suelos muy alterados, aunque aquí se trata más bien de una especie de sustitución del encinar, del que quedan escasos ejemplares (abundan algo más en el entorno de Los Cerros, más al sur).
Curiosas formaciones de yesos |
Una particularidad de este espacio es que podemos encontrar endemismos relacionados con los suelos de yesos y margas de la zona, distintos a los arenosos tan frecuentes en la ciudad de Madrid y concretamente en Vicálvaro; los suelos de esta zona están escasamente desarrollados (en algunos sectores no existe ni suelo en el sentido edafológico del término, pues nos encontramos ante terrenos desnudos, de roca viva); por este motivo podremos ver algunas plantas distintas a las que encontramos dando una vuelta por los campos más cercanos al Vicálvaro conocido por todos.
Discurre -habitualmente de modo soterrado, aunque es evidente por la vegetación de juncos, algún que otro rosal silvestre, y el bosquete de paraísos (Eleagnus angustifolia)- por este espacio el Arroyo de la Vega, que vierte en el cercano Jarama, tras atravesar las últimas viviendas de San Fernando de Henares. Esta zona más húmeda tiene como es lógico una vegetación diferente, más querenciosa de agua. Hasta algún taray (Tamarix spp.) podemos encontrar en otra zona justo enfrente del Hospital, en la que la capa freática es muy superficial.
Paraísos en Arroyo de la Vega |
Arroyo de la Vega, sotobosque |
Taray |
A modo de ejemplo, citamos y describimos básicamente algunas de las especies más frecuentes en este sector.
La cañaheja (ferula communis l.) es muy llamativa. Se trata de una hierba perenne que puede superar los 3 metros, Su explosiva floración la convierte en un foco de atracción en este paisaje, donde es abundante. Es frecuebte en suelos margo yesíferos como estos. Ferula, en latín, significa caña, vara, fusta: los maestros solían utilizar un tallo de cañaheja para fustigar a sus discípulos desobedientes. La cañaheja también está relacionada con S. Antonio Abad que según una leyenda medieval consiguió engañar al diablo trayendose el fuego del infierno en forma de brasa dentro de la médula de una cañaheja, para donar el fuego a los hombres; en realidad es un mito que se daba también en la mitología griega, con Prometeo como el autor del robo del fuego a los dioses, y en otras culturas que nada tienen que ver con las de origen grecorromano-cristiano como los Maoríes de Nueva Zelanda o los Kikuyu de Kenia. El punto común de todos ellos es la brasa escondida en una caña, no siempre la cañaheja.
El Chupete o Chupamieles (Anchusa azurea mill.) destaca por su llamativa floración azul brillante. De la familia de las boragináceas, es una planta robusta que se desarrolla ensuelos secos y soleados, preferentemente en terrenos básicos.
El Astrágalo (Astragalus alopecuroides) debe su nombre según algunos autores al parecido de las semillas de estas plantas con el astrágalo, la taba, el hueso de forma angulosa que se ha usado como los dados desde época de los griegos.
Hábitat: Se cría en claros de encinar, espartales, pastizales, etc., sobre suelos básicos (calizas, margas, yesos) entre los 300 y los 1300m. De distribución limitada al C y SE peninsular y al Magreb.
Todos conocemos el Cardo mariano (Silybum marianum L. Gaertn). Se trata de una planta espinosa de tallos erectos, que puede crecer hasta dos metros. El nombre en latín era sillybum, del griego sílybos que Dioscórides aplicaba a varios cardos comestibles como éste. El epíteto y el nombre común, en la mayor parte de los idiomas europeos, procede de una leyenda medieval, según la cual María ocultó a Jesús de los soldados de Herodes con sus grandes hoja, y sobre éstas cayeron unas gotas de leche de su pecho, quedando para siempre el cardo bendecido con sus características venas blancas, inconfudibles. Ruderal y viaria, muy abundante en el sureste madrileño. Crece en escombreras, cunetas, baldíos, lindes de cultivos, etc; en suelos ricos en nutrientes, profundos, más o menos húmedos. Indicadora de suelos secos al final de su ciclo.
Detalle de la flor |
La Viborera (Echium vulgare l. subsp. vulgare) es una planta herbácea anual, bianual o perenne, de hasta 130 cm, de las boragináceas. Su nombre procede de la semilla, que parece una cabeza de víbora. Es una planta muy común en Madrid, que tiñe en primavera los campos con sus tonos azules y violetas. Sobre suelos básicos y algo secos.
La coloración de las flores es variada |
El Matacandil o candilera (Phlomis lychnitis L.), se trata de una mata poco elevada, entre 20 y 60 centímetros. Es común en la zona, y se desarrolla sobre pastos, tomillares, terrenos despejados preferentemente básicos. El nombre phlomis lychnitis ya aparecía tal cual en Plinio y antes en Dioscórides: su uso como mecha de lámparas viene de antiguo, y phlox, lýchnis en griego significaban respectivamente llama y lámpara.También es planta melífera.
Ejemplar aislado |
El Puerro silvestre (llium ampeloprasum L.) está ampliamente extendido por el centro peninsular, sobre todo crece a lo largo de caminos, rodales y zonas nitrófilas. Se trata de una planta herbácea perenne, de la familia de las liliáceas.Normalmente llega a los 40 o 70 cm. Allium era el nombre que usaban los romanos para los ajos. La inflorescencia es una umbela esférica densa de hasta 360 flores, de color variable desde el blanco al rosa.
Las Salvias (en la fotografía, Salvia phlomoides Asso) son, al igual que la anterior descrita, fáciles de ver por nuestros campos. En este caso se rata de un endemismo del centro y del este peninsular, de la familia de las labiadas.
El nombre del género procede de la época romana, y se refiere a sus propiedades medicinales conocidas desde la antigüedad (salvar, mantener íntegro).
Se cría en suelos margosos o calizos, en pastizales secos y claros de matorral.
El esparto (Stipa tenacissima L.), sin embargo, no es excesivamente frecuente en esta zona, pero se trata de una gramínea inconfundible, muy robusta,
Stipa viene del griego stypé, masa de fibras,el epíteto específico viene del latín tenax en superlativo: muy resistente. Puede alcanzar los 150 cm. de altura. Gusta de suelos calcáreos y yesosos. Tiene una gran tolerancia a la sequía y a las altas temperaturas, se cría en suelos secos rehuyendo los que se encharcan o con elevadas concentraciones de sal.
Sílex en la base, al fondo Coslada |
Finalizamos este recorrido botánco con el Ojo de buey (Asteriscus aquaticus (L.) Less.). Una pequeña planta con llamativa floración. Su nombre latino, "Asteriscus" proviene del griego ásteriskos, pequeña estrella. Alcanza hasta 40 cm, y florece entre abril y junio. Muy común en el Sureste de Madrid. Se cría en pastizales, en suelos secos.
Principales amenazas
Tres son las principales: a día de hoy, las más importantes son la presión antrópica y los vertidos incontrolados. La cercanía a los núcleos urbanos de Coslada y San Fernando determina que sea zona óptima para paseo y para actividades deportivas (correr, bicicleta). Por otra parte, la falta de vigilancia y la facilidad de acceso desde la M-45 ha permitido que podamos encontrar pequeños vertederos incontrolados. Pero se puede afirmar que el estado de conservación en general es bueno. La amenaza más grave, aunque no se pueda ver ahora mismo, es el proceso de urbanización que se cierne sobre la zona.
Paseantes por el retamar |
Restos de áridos junto M-45 |
A través de este enlace, accedes a la primera entrada dedicada al segundo ámbito del Vicálvaro desconocido, "Los Cerros".
Este otro enlace lleva a la última entrada sobre el tema, la que pormenoriza los tres sectores de "Los Cerros" y da un bosquejo de flora y fauna del mismo.
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